Liberar memorias: hacia el Archivo Inundación
Patricia mira fijo a la cámara, seguramente ante el llamado que interrumpe su tarea: “Má, mirá”. La penumbra de la casa ubicada en barrio San Lorenzo contrasta con la claridad que puede verse a través de la ventana y la llama encendida de la vela entre sus manos. ¿Qué habrá estado pensando quien tomó la foto?, ¿se habrá interesado por capturar la mirada cansada de la mujer, los guantes de goma y su resignación al separar aquello para tirar de lo que, quizás, pueda recuperarse?, ¿habrán registrado sus cuerpos en ese entonces la dimensión del daño?
A casi 20 años del 29 de Abril de 2003, el proyecto Archivo Inundación se propone construir un repositorio fotográfico y audiovisual con licencias libres, es decir, con derechos de propiedad intelectual que faciliten la producción de memorias sobre el crimen hídrico. Con deseos de aportar al proyecto, iniciamos un primer recorrido por barrio San Lorenzo junto a familias que revolvieron entre sus recuerdos y nos ofrecieron pistas para continuar con la búsqueda. Así fue que una tarde cargamos el escáner, le pusimos pilas al grabador y nos reunimos alrededor de una ronda para digitalizar fotos, reconstruir la información necesaria para nombrarlas y desovillar recuerdos.
Con un puñado de fotos sobre la mesa, nos detenemos a pensar el porqué de cada toma, la inquietud detrás de determinado encuadre, el ritmo de los latidos de la persona al definir cierta captura. ¿Quiénes sacaron fotos como prueba del delito y quienes porque necesitaban diferir la mirada? Entre las certezas que vamos recogiendo identificamos que no todas las familias tuvieron las mismas condiciones de posibilidad para registrar. Había que tener cámara de fotos, luego recursos para revelarlas o almacenarlas. “Además, no todos pudimos”, confiesa ante la ronda Darío: “Yo, un registrador nato, no pude sacar ni una sola foto”. El ejercicio de la memoria, no obstante, le resulta sencillo al mirar las imágenes de otras familias, que le recuerdan las de su propia casa recién inaugurada bajo agua, a su hermana pronunciando por primera vez la palabra impunidad, el día en que sus vecinos sintieron vergüenza por necesitar una donación.
¿Habrán pensado Patricia y su hija que la foto constituirá un documento histórico? Mateo, hijo menor de Patricia que en 2003 no había nacido, prefiere otra imagen en la que identifica una raya: la marca que indica el nivel máximo que alcanzó el agua dentro de su casa. “Arriba, en el techo, todavía se vé hasta donde llegó el agua”, nos cuenta. ¿En qué momento se habrán caído los muebles que en otra de las fotos permanece derrumbado al lado de un póster de Rodrigo, el potro cordobés?, ¿cuántos cuartetos se habrán escuchado en ese cuarto durante la calma previa de esos días de abril?
Entre los indicios que encontramos en las imágenes, en tanto estampas con infinidad de huellas del pasado, el estado de conservación y el lugar de guardado de cada foto nos dice muchas cosas. Para Pauli, quien tampoco había nacido en 2003, no fue fácil acceder a las fotos de su familia. “A los abuelos les costó recordar todo lo que habían pasado y mostrarle a ellos cómo llegó a estar la casa”, nos cuenta su mamá. Como si fuera la prueba de un logro inexplicable, Pauli muestra con orgullo una de las postales: “Mi abuela me contaba que para que no se mojara ataron el colchón al techo, así, ¿ven? Al final el agua lo alcanzó igual”. Por su parte, su hermano León se sorprende al identificar un elemento entre los objetos desparramados que se ven en la foto de al lado: “Esa caja la seguimos teniendo, pero como está toda rota ahora la usamos para poner las cosas de la pesca”.
¿A la foto del colchón la sacaron justo antes de que subiera el agua o después?, ¿cuándo fue que bajó el agua en esta zona?, ¿dos días, tres días, semanas después?, ¿cómo se cuentan las horas del despojo? Entre certezas y algunas conjeturas aventuradas, el primer encuentro termina con unas últimas preguntas, que nos acompañarán en las siguientes ediciones de esta sección que se propone hacer memoria para tejer el futuro: ¿cómo es posible dimensionar el pasado con los pies en el presente? ¿Con qué hilos atamos la historia pensando en Nunca Más?